En el lodazal de la política en México, cuando creemos que estamos atravesando el punto de máxima turbulencia en polarización, odio, demagogia, agresiones, intolerancia, toda suerte de caprichos oficiales y una incesante corrupción, aparecen nuevas vilezas. Como la del ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, quien a casi 13 años del incendio en la Guardería ABC, en Hermosillo, Sonora, donde murieron 49 niños, acusa al entonces mandatario Felipe Calderón de “una operación de Estado para proteger a la familia de la esposa del presidente”. No hay la menor duda de que, efectivamente, desde el poder presidencial, hubo tal maniobra. Es vox populi y una de las más grandes vergüenzas de Calderón. No obstante, llama la atención que Zaldívar, proclive a las decisiones de AMLO, haya tardado tanto tiempo para denunciarlo abiertamente. La declaración tiene un fuerte aroma a distractor, oportunismo y desvergüenza.