Si alguien tiene alguna duda del inmenso poder de la iglesia en México, basta ver como dinamitaron la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto que pretendía avalar los matrimonios igualitarios y la adopción por parte de estos. Ayer, en la Cámara de Diputados, sepultaron la propuesta presidencial. En la Comisión de Puntos Constitucionales la desecharon con 19 votos en contra y sólo 8 a favor. El PAN, Nueva Alianza y Encuentro Social votaron contra el proyecto. Así se consumó el certero golpe del clero que, está visto, es capaz de marcarle la agenda al titular del Ejecutivo federal y al sumiso Congreso de la Unión. No hay duda, vientos del pasado llegaron para instalarse vestidos de cardenales y obispos. Por lo pronto, un sector importante de la sociedad mexicana permanecerá excluido de ciertos derechos ante el beneplácito de los ultras con sotana. El Presidente se dejó intimidar.